Wednesday, December 2, 2009


MEMORIA Y OLVIDO.
Puertas del Líbano Tolima.

“Porque si algo tenía en su alma
esta alegre y parlanchina sociedad
era una risueña curiosidad
sin límites. La tenia metida
en su corazón, como algo muy suyo,
y la sacaba con cualquier motivo
en forma verdaderamente espectacular,
traspasando los
límites de la admiración y el asombro”
Eduardo Santa.


A mi Abuela.

Se disparan una tonelada de recuerdos que he mantenido en mi memoria, como el olor a jazmín de las calles, la luna en toda su inmensidad, la gente, el negro que lo cubre todo como un manto espectral, hoy el triste color que te viste es el del ayer en el que recorri cada espacio encantado, en tu pradera, en tu montaña, en tus calles.
Mi sangre fluye ligera y en ella se haya mi raíz, mi casa, la cama donde nací, componentes esenciales de mi ser, donde grabo toda mi euforia creativa y pretendo de esta manera dejar testimonio de mi origen. Por que de donde yo vengo el verde lo cubre todo como un follaje espeso, crecí en la calle novena doce cuarenta y nueve, soy del viento y el viento me invita a navegar por mi pueblo con mi verdadero espíritu en alto y una curiosidad que rebasa el paso del tiempo.
Me dispongo a trazar la ruta del cementerio, esa que hacíamos cada tarde de lunes, con todos los primos, abuela y bisabuela, mi imaginación de niña soñaba que íbamos a bordo de un gran bote por caminos encantados y enmarañados de fantasía, ilusión y fábulas.
Soy del viejo teatro con olor a moho, de los estrechos cafés, del monumento en medio del parque central, donde una vez me senté a ver las luces brillantes que se convertían en destellos de pólvora de una remota alborada, soy de la catedral con olor a incienso, de la doce, de mi colegio al final del pueblo junto al cementerio el mismo cementerio donde ahora yaces donde va a parar el olvido que seremos.
Me dibujo, vaga, callada, ausente, en la gruta de las paredes de cal y bahareque. Hago un Intento por repasar el rosario y sus susurros con sus Avemarías purísimas, la iglesia de San Vicente a donde íbamos cada domingo a escuchar una larga e interminable misa, el agua bendita y la cruz con flores puesta en el patio de tu casa, en ese patio donde yo patinaba creyéndome la mejor de las patinadoras, donde yo dibujaba creyéndome la mejor de las pintoras de allí penden una larga lista de sueños.
Veo tu rostro asomado en la puerta esperando vigilante, de puertas para adentro todo una vida de secretos, risas, comida en abundancia, en el calor de tus brazos, tu voz que me llama y me indica el camino.
De puertas para adentro el olor a tu perfume, las medias veladas color caramelo, tu cuarto, la virgen del carmen, mi querida madre, mi adorado hermano, mis tias, mis primos, tus queridas amigas, toda una algarabía un jolgorio una casa siempre llena y bulliciosa, los conocidos que iban y venían siempre para dar un saludo, para tomar una agua de panela con café, para probar tu comida deliciosa, en una casa donde siempre habían arepas frescas, dulce de uchuva, de papaya, de guayaba y el olor a leche hervida que casi siempre se derramaba en el fogón.
Como extraño el dulce de naranja que siempre te pedía que me hicieras todavía lo siente mi paladar y entonces lloro por que la receta se fue contigo, nadie aprendió a hacer ese dulce de naranja, no lo voy a volver a probar, pero tengo el sabor en mi memoria y ese sabor siempre me recordara a ti.
Esa casa, la casa de mis memorias de corredor estrecho por donde corría mi vida y mis anhelos, la casa que dejo de respirar el día de tu muerte, por que tu eras los pulmones y el corazón latiente, ahora no puedo entrar sin que se me quiebre el corazón en mil pedazos por que te busco y no te encuentro, sentarse a la mesa ya no es lo mismo y se desliza una lagrima por mi rostro cada vez que lo hago, entonces siento que no tengo fuerzas y se me va el aire pero cierro mis ojos y te veo nuevamente allí en la casa de mis pesares, de mis recuerdos, la casa donde pase casi media parte de mi vida, la casa de mi adolescencia.
No había nada mejor como salir a vacaciones y llegar a tu casa a darte un abrazo, un beso dulce y siempre en la mesa encontrar servido el caldo de pollo rebosante con arepas despedazadas, al primer sorbo me sentía completamente a salvo, el caldo que probaron todos los tuyos incluyendo los mios bajo tu sombra y amparo, ese amparo que me llenaba de satisfacción y calma.

Tu mi héroe, por ti somos el resultado de todos tus años de esfuerzo de tesón,
siempre todo el día dispuesta, de aquí para allá, nunca cansada, siempre en la cocina y el olor a tu comida, como extraño el olor a tu comida, tu calidez, todo eso se fue contigo y ahora cuando ya no estas me pregunto como lo hacías?, por que para todos había un pedazo de ti y yo quiero ser como tu, dar un pedazo de mi, pero siempre estoy tan cansada he perdido la vitalidad parte de ella te la llevaste tu y la otra parte se fue con la placenta cuando día a luz a mis dos hijas. Quiero amar como tu lo hacías pero siento que no doy lo suficiente de mi, no tengo tu fortaleza ni tus agallas.
De puertas para afuera la seguridad y la calma que me cobijaban por eso volvía cada verano a embelesarme en mi querido pueblo a montar en bicicleta, ir a la piscina, caminar hasta la polca y entonces desde allí divisar el pueblo en su inmensidad con sus calles rectas como se percibía desde la loma desde la montaña esa montaña repleta de moritas silvestre que comíamos cuando hacíamos caminatas, cuando íbamos a la cascada con mis tías y mi madre que nos llevaban por lugares impensados.
Camino desde que tengo memoria y uso de razón, caminábamos para disfrutar de lo verde, de lo natural de ese modo nos sentíamos libres o bueno yo me sentía libre y feliz si llovía era mucho mejor porque el agua te pegaba en la cara y era mágico, disfrutar de la naturaleza con lluvia es una sensación apacible y te sientes glorificado.
Cuando tenia que marcharme no me quería ir, por que me gustaba el jugo de naranja en las mañanas, tu me lo llevabas a la cama muy temprano, yo me quejaba por lo temprano que era, siempre me quejaba, lo que nunca te dije es que me encantaba que abrieras la puerta de mi habitación para darme ese jugo mañanero por que te veía tan radiante tan llena de energía todo era tan simple y yo era tan feliz.
Todo el jolgorio y la algarabía, a las 6 AM la casa despertaba, que bulla y lo mejor es que todos hablabamos al mismo tiempo que escándalo, que conclusiones se podían sacar al final de una conversación en la que un montón de personas hablan al mismo tiempo?........ Pura felicidad, puro amor y lo que siempre nos enseñaste compartir en familia.
De puertas para afuera el pito del carro repartiendo leche, la campana del camión de basura, los perros callejeros recorriendo de arriba a abajo las calles polvorientas, la luz de la mañana titilante esplendorosa, los campesinos con sus peinillas al sinto, la plaza de mercado, el marrano del vecino jimiendo de miedo, los caballos arrastrando carretillas, la brisa que me transporta y regreso a ti, poseída queriendo trazar en mi memoria el sabor de mi pueblo que envuelve mi piel. Por que no he olvidado ni por un instante de donde vengo y quien soy, allí esta toda mi esencia, entonces te veo en mis sueños y mi memoria se tiñe con tu aroma.

Estas fotos fueron tomadas con una cámara canon de 35 mm, cuando todavía las cámaras digitales valían una millonada, tu estabas viva y alcanzaste a ver las fotos impresas en papel, nunca termine de desarrollar este proyecto en su totalidad pero ahora por lo menos publico las fotos, por que el día que recibí la llamada que confirmaba tu muerte caí de rodillas en la cocina y no pare de llorar hasta que no tome el vuelo que me llevaría directo a tu entierro ese ha sido uno de los días mas triste de mi existencia sentí que el mundo se partía en dos y una parte de mi se iba contigo, desde entonces todo se quedo impreso en el pueblo de mi añoranza, donde recuerdo toda una vida llena de sabores, colores, aromas y en mi memoria se quedo el sabor, el color y el aroma de tu recuerdo.

Por la memoria de las personas que ame y que ahora ya no están, mis amados familiares y por la memoria de todas aquellas personas que algún día tuve la oportunidad de conocer y que ahora no habitan este mundo terrenal.
Todos vivieron en el Líbano el pueblo de donde yo vengo.
Por que todos ellos hacen parte de quien soy ahora, mi memoria y el olvido en el que algún día nos convertiremos.

A mi Querido padre de el recuerdo sus bigotes y el tetero que me dio una noche que yo no paraba de llorar, estábamos en Ecuador sin mi madre, yo lloraba por que estaba lejos de mi casa y quería mi tetero el fue a comprarme uno me lo lleno con leche y al momento deje de llorar, esa noche me quede dormida acariciando sus bigotes.
Mi bisabuela de ella recuerdo sus ricas mantecadas, cocadas y panderos y los peinados que me hacia con una paciencia sin limites.
Mi querido Tío Alfonso siempre recordare como me llamaba “Mi Caela”, el decía que me iba a cuidar de las alimañas.
La abuela Ana, dejo de ver el día que yo nací, así que no conoció mi rostro ni el de mi hermano, pero lo dibujo en sus manos de ella recuerdo, la moneda que me dio cuando apenas yo tenia 4 años yo le dije, “no gracias eso no alcanza para nada”.
La Tía Cielo, su pelo tan blanco y su dulzura maternal, siempre pasamos todas las navidades y años nuevos en su casa, había Baile comida y toda la familia se reunía.
La Tía Raquel, nuestra salvadora una chispa loca, con ella nos dejaban ir a las fiestas.
El Tío Julio de el recuerdo su sastrería, nunca voy a olvidar, los paños, la tiza, la regla, las tijeras y el metro que colgaba de su cuello.

La inspiración de este titulo hace parte de el libro de Hector Abad Faciolince, “El Olvido Que seremos”.
Mi madre ya había leído esta conmovedora historia, la Tía Astrid la estaba leyendo justo cuando tu te morías. El día de tu entierro cuando llegamos a tu casa, estábamos en la mesa del comedor, Alix, Olga, Mi madre, Diosa y yo, la tía Astrid empezó a leernos en voz alta una parte del libro donde narran la muerte de la hermana del autor, ella murió en condiciones muy parecidas a las tuyas, así que yo lloraba cuando escuchaba a mi tía, creo que en ese momento no tenia las agallas de leerlo, tuvo que pasar un año para sucediera desde entonces el olvido que seremos se quedo en mi corazón.

A mis hijas que aunque no nacieron en el Líbano por sus venas corre mi sangre y mi esencia, espero que esto sea a prueba del paso del tiempo para que siempre conserven en su memoria a su madre a su familia, amigos y conocidos que nacimos, crecimos y vivimos en este bello paraje.

Fotografias Puertas del Líbano Tolima