Espejismo de noche en bruma, de distancias infinitas y etéreas,
de silenciosas estelas envueltas en polen de corola blanca.
Entonación sinuosa, sublime y perfumada con el olor dulce de durazno en flor, la mañana cálida, iluminada por los primeros rayos tibios y profanos de la primavera.
Los pájaros canturrean, despojados de su sopor invernal.
Me expongo a la luz y al viento que cortan la escarcha de mi silenciosa alma.
Oh! primavera, que aturde mis sentidos, que proclama el renacimiento con cada capullo asomando a la superficie.